Comparada con sus vecinas Mallorca, Menorca e Ibiza, es pequeña, tiene apenas 90 kilómetros cuadrados de extensión, pero esto no es obstáculo para disfrutar de sus encantos.
Hace parte de las Islas Baleares en el Mar Mediterráneo y tiene una población de casi trece mil personas, siendo por esto la menos poblada de las islas.
También llamada Isla de Pinos por los bosques de este tipo de árboles que tiene en su territorio.
Una de las mejores opciones para recorrer la isla es usar un servicio de alquiler de coches en el puerto de Formentera, llamado Puerto de La Savina, y ahora si nos vamos a recorrerla.
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Podemos pasar también por la Iglesia dedicada a San Francisco Javier, primera construida en la isla que también en su momento fue una fortaleza en la cual se podían refugiar los habitantes ante los ataques de los piratas.
En épocas más cercanas el ambiente de la isla fue marcado por el movimiento hippy creando un ambiente de relax y tranquilidad para disfrutar por sus visitantes.
Visitar la isla en julio es una oportunidad magnífica para disfrutar la fiesta del patrono Santiago el Mayor, el veinticinco de este mes. Lacombinación de bosques de pinos, palmeras africanas, playas de blanca arena y mar y una vista del mar desde cualquier punto de la isla, son los ingredientes perfectos para un descanso total.
Un ambiente donde se conjugan aspectos mestizos, africanos por su cercanía con Argelia y los típicamente baleares y mediterráneos otorgan a esta isla un encanto que atrapa y conquista a quienes la visitan.
Pero no solo es playa, brisa y mar. Encontramos otros hermosos lugares para visitar y aprender como el Faro de la Mola, localizado en el punto más alto de la isla, construido por la Reina Isabel Segunda, alumbra cada noche el extremo más escarpado de la isla desde mil ochocientos sesenta y uno.
Para los amantes de la naturaleza está el Parque Natural de Ses Salines, espacio protegido con un rico ecosistema en el que cohabitan especies animales y vegetales propias de la región. Se localiza entre las islas de Ibiza y Formentera.
Y como todo buen destino turístico debe ofrecer espacios y actividades para todos los gustos y edades, en la isla podemos también montar a caballo, hacer submarinismo, kayak. Y no pueden faltar los mercados artesanales como el de La Mola o el de Sant Ferran, para conseguir los recuerdos que llevaremos a casa de regalo.
En resumen, conjuntos históricos como Sant Ferran de ses Roques, SantFrancisco Javier y el Pilar de la Mola; actividades deportivas, compras y rica gastronomía hacen de esta isla un ambiente mágico y un destino ideal para visitar y descansar.