Transnistria es una estrecha franja de tierra situada entre Moldavia y Ucrania. Se trata de un país que oficialmente no existe para ningún miembro de las Naciones Unidas y que oficialmente estaría dentro del territorio de Moldavia. Su población es de alrededor medio millón de habitantes y dividida a partes casi iguales entre moldavos, rusos y ucranianos. Las dos principales ciudades para visitar son Tiraspol, su capital inspirada en el estilo soviético, y Bender, que se trataría de la capital cultural del país.
Tras la independencia de Moldavia se generó el conflicto, ya que esta región no quería estar bajo soberanía moldava, hecho que provocó una guerra al declarar su independencia. Desde el alto el fuego firmado en 1992, el conflicto sigue sin resolverse a día de hoy. Eso sí, Rusia mantiene en esta zona 1200 soldados que garantizan disuadir a Moldavia de una posible invasión. Por otra parte, Rusia también mantiene una importante ayuda económica a Transnistria, y que ronda el 80% del presupuesto, ayuda muy mermada desde el reciente embargo a Rusia por parte de Europa.
Pese a la continua alusión a la hoz y el martillo, la economía de Transnistria no tiene nada que ver con el comunismo ya que su economía no se encuentra nacionalizada. Por una parte, la empresa más importante del país es Sheriff, un gigantesco conglomerado que emplea a 12.000 personas y que monopoliza la mayor parte de la economía del país. Gasolineras, supermercados, publicidad, gas, etc,… Su buque insignia es el famoso FC Sheriff Tiraspol, cuyo estadio es el único con calificación 5 estrellas FIFA. Curiosamente, en este estadio ha jugado muchas veces la selección Moldava.
La otra gran empresa-sello del país es la factoría Kvint, cuyo producto estrella es su brandy, muy popular en la antigua Unión Soviética. Además de esto también produce numerosos vinos y vodkas. Hay visitas guiadas a esta factoría.
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La cultura de Transnistria es un conglomerado de culturas eslavas. Para saber el porque hay que retroceder hasta 1792, cuando Tiraspol se era un punto importante del Imperio ruso en la guerra contra Turquía. Desde entonces, Tiraspol ha sido un punto estratégico militar para el ejército soviético. Es por ello, y por las deportación de rusos que se realizaron en época de Stalin, que en Tiraspol la proporción de Moldavos cae hasta el 15% de la población.
Otro punto cultural es la Fortaleza de Bender (Tighina), una pequeña fortaleza moldava construida para proteger la medieval Moldavia por el este de los turcos, pero que por desgracia para los moldavos fue conquista y expandida por el turco Solimán el Magnífico en 1530. Esta fortaleza también posee un pequeño museo hoy en día.