Que ver en Loch Lomond


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Situado a veintitrés kilómetros de Glasgow, este hermoso lago ofrece al visitante además de una vista impresionante, una variedad de islas dispersas por todo el lago, más de treinta, en algunas de las cuales se pueden encontrar ruinas bastante interesantes, ya que estas islas e islotes parecen haber sido construidas por habitantes durante la Prehistoria, lo que las convierte en islas artificiales, llamadas crannogs, dignas de ser conocidas.

Aunque en la actualidad el lago es más conocido por el club de golf donde se realizan competiciones de nivel internacional, no deja de poseer otra cantidad de encantos dignos de conocer.

Con una extensión de aproximadamente treinta y siete kilómetros de longitud por ocho de ancho, se convierte en el mayor lago de agua dulce de la Isla de Gran Bretaña.

Estas mismas características funcionaron para que desde julio de dos mil dos haga parte del Parque Nacional Lago Lomond y los Trossachs, atractivo natural del país.

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Otro de los sitios que se pueden observar en el lago esta la formación llamada Ben Lomond, con novecientos setenta y cuatro metros de altura, lo que lo convierte en la cima más meridional del macizo de los Munros.

Pero no son solo las formaciones naturales las que invitan a conocer este lugar.

Opciones de rutas con impresionantes vistas para practicar senderismo, pueblitos pintorescos a lo largo de la ruta y serenos paseos fluviales en barco, son otras posibilidades.

Una de las mayores curiosidades del lugar, en la isla de Inchconnachan, es la oportunidad valiosa de observar una colonia de ualabíes, marsupiales salvajes australianos, semejantes a canguros, aunque más pequeños que éstos, que fueron llevados en los años cuarenta por Lady Colguhoun, ya que la isla era sitio de veraneo de su familia.

Si se quiere hacer una excursión por la orilla del lago, vale dirigirse al pueblito de Balmaha, que cuenta con varios restaurantes, alojamientos y un amplio parqueadero. Y no sólo eso, sino también la estatua de Tom Weir, famoso montañero escocés, con la que vale la pena tomarse una foto para el recuerdo.

Partiendo del mismo pueblito, se puede tomar la ruta de senderismo de Conic Hill, con sus trescientos cincuenta metros de desnivel, que puede tomar unas tres horas de ida y vuelta, con bastantes escalones eso sí, pero que garantiza unas vistas espectaculares.

Paisajes, senderismo y naturaleza salvaje, qué más se puede pedir.


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