Situado a casi dos horas de Valencia, en la provincia de Albacete, Alcalá del Júcar es uno de los sitios perfectos para desconectar un fin de semana. A menudo es considerado, con razón, como uno de los pueblos con más encanto de Castilla-la-Mancha. Para acceder, lo hacemos a través de una sinuosa carretera entre montañas al lado del río Cabriel.