Nuestras recomendaciones
Debido a que Eslovaquia no tiene playa, practicar senderismo en los Tatras es un deporte nacional en el país. Los Tatras, como comentaba en alguna otra entrada, son algo parecido a los nuestros Pirineos. Pero con la principal diferencia es que aquí tenemos una vegetación que en ocasiones puede parecernos incluso selvática.
Otra cosa que se diferencian los Tatras de nuestros Pirineos es la población de osos. Una cosa a la que te tienes que acostumbrar si vas a hacer senderismo en los Tatras, es acostumbrarte a ver un mapa con osos dibujados en él. Por como se dice allí, los osos evitan el contacto con los humanos, y mucho más, cuando los senderos son transitados. Por esa razón es recomendable hablar en voz alta.
Parkings en los Altos Tatras
Cuando queremos hacer las rutas de senderismo en los Tatras es habitual encontrar grandes parkings cerca de ellas. Aunque no sean caros, hay que saber que dichos parkings no son gratuitos y que si vamos a hacer alguna ruta, especialmente durante el fin de semana. Es muy recomendable ir a primera hora de la mañana para evitar quedarnos sin sitio donde aparcar si es fin de semana.
Mapas de senderismo en los Altos Tatras
Debido a que hay un sinfín de rutas es muy conveniente hacerte con algún mapa. Dichos mapas es posible encontrarlos en puntos de información turística de esta parte de Eslovaquia . Por otra parte, si no tienes ningún mapa, existe una muy buena especialización, ya que existen mapas al principio de cada ruta.
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Por último, para evitar posibles riesgos es aconsejable descargarse alguna aplicación tipo Wikiloc, desde la cual podamos tener una ayuda en el caso de que nos perdamos en alguna de nuestras rutas. También es aconsejable descargar la ruta antes de salir y llevar, si es posible, algún powerbank.
Anécdotas en los Tatras
Era uno de los días señalados para hacer senderismo en los Tatras. Debido a que había mal tiempo, al llegar al punto de aparcamiento, nos lo encontramos casi vacío. Había hecho mal tiempo y la gente había preferido dedicar la tarde a otras cosas. Una vez aparcado el coche, comenzamos nuestra ruta.
El entorno era espectacular, los árboles tienen una altitud tan exagerada que es imposible ver España arboles así. Por otra parte, mires donde mires, el verde inunda todo. Es difícil encontrar algún rodal que no esté inundado por la hierba.
En nuestro caso, al no tener mucho tiempo estaremos un rato subiendo hacia arriba, hasta donde lleguemos, antes de el día se oscurezca demasiado. Si hubiéramos tenido algo más de tiempo, hubiéramos podido llegar a un lago que hay situado entre montañas.
Al rato de comenzar nuestra ascensión, nos adelantó un chico checo entrenando junto a su perro. Sube a una velocidad de vértigo. Estaba empezando hacer frío y poco más adelante decidimos ir bajando, había que subir todavía demasiado para ver algo, y no daba tiempo.
Más adelante, momentos de tensión. Bajando, nos volvió a adelantar el chico checo. Concretamente, nos dijo que el perro había oído cosas, estaba nervioso y que era posible que hubiera osos por allí, por lo que decidió bajar. Por ese motivo, además de acelerarse nuestro corazón, empezamos nuestro descenso hasta el parking.
Ya en el coche, contemplamos por última vez las montañas que pretendíamos subir antes que el tiempo y las circunstancias impidieran nuestro ascenso a ellas. No ha podido ser, pero ha merecido la pena.
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