Nuestras recomendaciones
Ubicada en la provincia de Castellón, al norte de la Comunidad Valenciana, la comarca de Els Ports está conformada por trece municipios ofrece al visitante una variedad de atractivos para disfrutar su entorno. Iniciemos mencionando el tesoro escondido en la población de Morella, donde a la sombra de sus encinas de encuentra la trufa negra o de Périgord, que en términos gastronómicos es conocida como oro negro.
La búsqueda de dicha trufa es por sí misma toda una aventura. La temporada se da entre febrero y noviembre y se realiza con la ayuda de perros cuidadosamente adiestrados. La faena se cierra con el mercado morellano de la trufa, los viernes por la noche que deja el ambiente impregnado del penetrante olor del hongo en las proximidades del Portal de San Mateo.
Toda la comarca ofrece pueblos y paisajes de gran belleza que incluyen puertos de montaña donde el invierno se hace presente con la nieve y las bajas temperaturas que invitan a refugiarse en sus pintorescas villas y cabañas.
Vilafranca o Villafranca del Cid como se conoce en valenciano, es una zona de paisaje muy peculiar, pues sus habitantes en la búsqueda de terrenos cultivables, la han ido llenando con un horizonte marcado por cantidades de construcciones en piedra que forman cientos de kilómetros de muros, casetas, cercados, pozos y otra variedad de edificios, todos realizados con la técnica de piedra en seco, que se han convertido en patrimonio de la bella Vilafranca.
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El imponente pico de Penyagolosa, en la Sierra de Montordi, que se puede ver desde casi cualquier punto de la provincia, ofrece una vegetación endémica única, al mismo tiempo que presenta lugares como el Santuario de San Juan de Penyagolosa que es meta final del Camino de los Peregrinos de las Useres, camino ancestral de incomparable belleza.
La Sierra d’En Segures, con sus poblados de pasado templario como Culla, o Benassal con su balneario de aguas mineromedicinales, invitan a perderse y relajarse en sus senderos y parajes.
Ascender por las curvas cerradas y vertiginosas al Coll de Ares para conocer la población de Ares del Maestrat y recompensar la vista en el mirador que domina las tierras del Maestrazgo Castellonense o disfrutar los picos como el Tossal de la Nevera en la Sierra d’En Celler, sitio donde en otros tiempos se guardaba la nieve en su pozo de hielo, son otras de las opciones de aventura que ofrece la región.
Llegar a Castellfort, ubicado en la cima de un espolón rocoso y rodeado de laderas llenas de bancales, convierten la visita en todo un desafío para los poco amantes del frío, ya que sus mil ciento ochenta metros de altura la han posicionado como la población más fría de la Comunidad Valenciana.
Si lo que se quiere es vagar entre bosques plenos de alcornoques, pinos y encinas, que conforman el parque natural más grande de tierras castellonenses, además de sus pintorescos pueblos y los restos de algunos otros que ya van desapareciendo bajo la vegetación que se los traga, la visita obligada entonces es a la Sierra de Espadán, ubicada al suroeste de la región.
Trufas, montañas, bosques, nieve, poblados históricos, altas y bajas formaciones montañosas, convierten a la región en un variopinto cuadro pletórico de opciones para los amantes de la naturaleza y el paisajismo.